Basado en la Biblia, la verdadera adoración es hecha con el concepto de que cada persona es el templo de Dios (“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.” I Corintios 3:16,17) y que Dios no habita en templos hechos por hombres (Hechos 7:48).
Por esta razón, la verdadera adoración aceptada por Dios sucede cuando, dentro de Su sistema, cuidamos del templo del alma, siendo que bíblicamente el alma consiste en la combinación inseparable de las dimensiones física, mental, y espiritual (Génesis 2:7 y Lucas 2:52), definiendo así salud como el desarrollo armónico y continuo de estas tres dimensiones. Este cuidado preventivo y curativo es hecho en gratitud, respeto, arrepentimiento, conversión, adoración, y reverencia al Creador, anunciado por el Salvador Jesucristo como siendo el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo (Juan 1:1-4, Lucas 1:35, Mateo 3:16-17 con 28:18-20), originadores de nueva vida; y revelados en la primera semana de la creación con el nombre hebreo Elohiym (Génesis 1:1-2,26-27). Solamente en Elohiym se encuentra la verdadera fuente de vida y cura. (Isaías 43:10-12 y Juan 10:10)
(“...La hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre…Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” Juan 4:21, 23-24)
Por lo tanto, la verdadera adoración sucede en todo lugar cuando decidimos cuidar del templo del Creador, que es cada uno de nosotros. Si alguien busca un cuidado de salud convencional (medicina convencional), nosotros no proveemos este tipo de servicio.